Principia el nuevo milenio. El mundo camina, como siempre, entre ruidos innecesarios, preocupaciones superfluas,…, por no mencionar incomprensiones, rencores, odios, guerras, hambrunas,…

Apenas quince años antes, el abad de la casa madre, Dom Mariano Crespo, acompañado de dos monjes, llegó el 8 de Enero de 1986, a Las Escalonias para hacerse cargo de la donación de la que fuera casa solariega del Marquesado de Las Escalonias al Monasterio de Nuestra Señora de La Oliva. Desde entonces, nunca ha faltado la celebración de la Eucaristía, el rezo de Las Horas,… Desde entonces han sucedido muchas cosas, pasando de una célula monacal al Priorato que es hoy, según se acordó en Capítulo General de la Orden de 2017.

El Monasterio se ha ido constituyendo, poco a poco, en foco de espiritualidad en Andalucía. Más aún, la tradicional hospitalidad cisterciense, soportada, en lo material, con la apertura de la hospedería en 2003, propició que el monasterio se convirtiera en punto de reunión de almas ansiosas de encontrarse con Dios.

Un grupo de dichas almas, hombres y mujeres procedentes de muy diversos lugares de nuestra geografía, Jaén, Madrid, Sevilla, Cádiz,… fueron constituyendo un grupo que dio en llamarse Orden de Santa María de los Pobres Caballeros de Cristo. El nombre no es casual. Surgió como consecuencia  de un espíritu de caballeresca defensa del débil, de los pobres, de los oprimidos, de los deseosos de justicia, de esa Justicia que el Mundo es incapaz de dar. Todos se habían sentido atraídos por la legendaria Orden del Temple, pero,… obedientes a la Iglesia, no podían olvidar que dicha Orden había sido suspendida  ad aeternum. Convencidos de que los caballeros templarios habían desvirtuado los principios que San Bernardo destacara en su Loa de la Nueva Milicia, decidieron adoptar la pobreza y la caballerosidad al servicio de Cristo y ponerse bajo el amparo de Su Santa Madre, como  homenaje a aquellos monjes soldado y, sobre todo, como recordatorio de aquellos principios que impulsaron a sus fundadores y que nunca debieron abandonar.

Pues, bien, unos años después, en 2019, la Orden de Santa María de los Pobres Caballeros de Cristo solicitó la autorización a la Comunidad para constituir la Fraternidad Laica Cisterciense Santa María de las Escalonias abierta a todos aquellos fieles que se sintieran atraídos por la posibilidad de incorporar a sus vidas el carisma cisterciense, pertenecieran o no a la citada Orden de Santa María de los Pobres Caballeros de Cristo.

Nunca podremos agradecer lo suficiente a esta joven comunidad cisterciense, lo que ha significado y sigue significando para todos nosotros, siendo, nunca mejor dicho, escuela de Caridad desde el Amor.

 

De nuestra Carta de Caridad.

Claro que pobre sería el resultado, si todo quedara en ese encuentro. Por no extendernos en exceso,  transcribimos los principios de actuación que figuran en nuestra Carta de Caridad:

  1. Frente a la complejidad de la vida ordinaria, debemos poner y difundir la sencillez.
  2. Frente a la soberbia del hombre que, creyéndose dueño de la Creación, pretende manejar ésta a su antojo para conseguir satisfacer sus caprichos, debemos poner y difundir la obediencia de aceptar la Voluntad de Dios, no como resignación de quien no puede hacer otra cosa, sino como quien libremente se somete a Ella.
  3. Frente a esa misma soberbia que, en su día, precipitó a Satanás a los infiernos debemos poner y difundir la humildad de quien conoce su auténtica naturaleza de hijos de Dios, sí, pero solo por medio de Su Gracia.
  4. Frente al derroche, al consumismo y a la superficialidad de este mundo contemporáneo nuestro debemos poner y difundir la pobreza Evangélica, vivida en la sencillez y la austeridad.
  5. Frente a la saturación de mensajes de todo tipo que bloquean nuestra mente y agobian nuestro espíritu, debemos anteponer y difundir el silencio.
  6. Frente al egoísmo que aísla al individuo del resto de la comunidad debemos poner y difundir la vida en comunión.
  7. Frente al espíritu racionalista que idolatra la razón e impera en nuestra sociedad, debemos poner la demostración de las obras. Dios es incomprensible para la mente humana. Todo lo que persiga analizar, diseccionar, justificar,… al propio Dios o sus designios, está llamado a caer en el vacío y al fracaso. Frente a eso solo podemos poner nuestra Fe, nuestra Esperanza y nuestra Caridad, manifestadas, no con palabras, sino con las obras: confiar en Él, abandonarnos en Él y transmitir su Amor amando hasta la máxima expresión que requiera la Caridad.

Si quisiéramos resumir, podríamos decir que se trata de un CAMBIO DE PRIORIDADES que, en definitiva, nos lleva a tomar conciencia de que somos ciudadanos del cielo y que nuestro destino no termina aquí.

 

 

Fernando Vázquez Brea
Presidente de la asociación Orden de Santa María de los Pobres Caballeros de Cristo  
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